Al leer el encabezado estaréis probablemente pensando que cual es la relación entre una cosa y otra, la cual os argumento a continuación.
Antes del famoso COVID-19 allá por el año 1918 aparecería la famosa y destructiva “gripe española” la cual azotaría a muchos países entre ellos Brasil , en aquel entonces los Brasileños eran muy usuarios de remedios naturales que formaban parte del recetario popular de la época y a los cuales los médicos no se oponían , y entre ellos curaban las gripes comunes con ajo, limón y miel , pero la “gripe española” era tan fuerte que buscaron modificar dicha receta para que así tuviese un mayor efecto añadiéndole cachaza , aguardiente de caña producido por ellos y así combatieron muchos brasileños la famosa “gripe española”
Hoy en día dicha supuesta cura la conocemos como “CAIPIRINHA”, dos años después del final de la pandemia, la volverían a modificar sustituyendo algún componente por otro, la miel por azúcar y el ajo por hielo ya que hablamos de un lugar muy cálido y así quedando lo que hoy conocemos con uno de los cocteles mas famosos brasileños “A CAIPIRINHA”
Aquí es donde mi imaginación empieza a rodar y como buen gallego, consumidor de sus destilados autóctonos me pregunto: Y si la vacuna se ubica en las bodegas de nuestros padres o abuelos, ¿en esas botellas llenas de telas de arañas con más de 15 años embotelladas?
A lo mejor es hora de que empresas gallegas de destilados se pongan a investigar, imaginaros que resulta que la 1906 de Hijos de Rivera resulta que le añaden un poco de aguardiente de hierbas, le quitan un porcentaje de lúpulo a cambio de limón y se transforma en la curación de esta maldita pandemia.
Esta tarde haré una excursión por esos lares, el cual deparo un futuro muy alegre como un buen dolor de cabeza al día siguiente.
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